La inmediatez en el flujo
de información que permite hoy la tecnología, hace posibles cosas buenas y no
tanto. Porque está bueno enterarse al toque de lo que ocurre aquí y allá (y
aprovecho para saludar a los que leen este blog anónimamente desde los lugares más insólitos
del mundo), pero inmediatamente aparece información nueva pidiendo espacio y
atención, antes de ser corrida por lo que sigue, y así permanentemente. Ocurre
entonces que tantísimos asuntos que a priori resultarían importantes, pasan de
largo. Acá en Argentina vienen pasando frente a nuestras narices cositas y
cosas casi a diario. Esta semana las chicas decidieron tomar la iniciativa para
que ciertos asuntos ya no pasen de largo así como así. Desde aquí se las
acompaña, por supuesto. Y para que no se nos escape una buena (una, por lo
menos), este mes Al Rescate Comics se dedicó por completo a festejar
que una revista argentina de historietas ha cumplido diez años ininterrumpidos
en los kioscos. Vale la pena detenerse a pensarlo, por más que nos corran con
la próxima irrelevante pavada.
Esta es la cuarta entrega
del informe acerca de la revista Fierro, versión siglo XXI. Hoy, lo
prometido la vez pasada: la colección Continuará y las series
inconclusas. Pasen y lean...
1. ¡Compralo que se agota, Porota!
En Enero de 2009, Fierro sorprendió
con el lanzamiento de la colección Continuará. Cuatro volúmenes que
acompañarían la revista hasta el mes de Abril. Y se trató de obras clásicas
completas de grandes autores, a saber: El Sueñero (Enrique Breccia), El
Caballero del Piñón Fijo (Trillo/Mandrafina), Ministerio (Barreiro/Sola
López) y Rolo, el marciano adoptivo (Oesterheld /Solano López). Nada
mal. Sin embargo, no fueron pocas las críticas vertidas por el formato de los
libritos, el papel, la impresión, etc. En mi humilde opinión, se trató de los
quejosos inconformes de siempre, los trolls que frecuentan la web de Fierro y
que, en realidad, distan de representar realmente al grueso de sus lectores.
Para ponernos en perspectiva, pensemos que estamos hablando de volúmenes a un
costo de $8, cuando la revista costaba apenas $6. ¡Qué lejano resulta 2009 hoy,
cuando la inflación ya nos la ha convertido en un lujo de $50! Pero creo que la
idea de la colección era llegar a la mayor cantidad de público posible. Y si
Clarín publicó el Corto Maltés de la forma en que lo hizo, ¿por qué
pedirle a Fierro productos “premium”? En mi experiencia, no me tocó
ningún ejemplar ilegible ni defectuoso en su impresión o encuadernación. ¡Y
cuánta gente hubo que pudo acceder a estas obras por vez primera gracias a esta
colección! Imagino que para los nostálgicos de otras épocas, debe haber sido
lindo encontrarse esos libros en el kiosco de diarios. Claro que está bueno que
las ediciones sean cuidadas, pero no hay que olvidar que la historieta nació
popular. No hacen falta formatos de lujo y un sillón para disfrutar una buena
historieta.
Así y todo, el verano
siguiente no se repitió la experiencia. Hubo que esperar hasta 2014 para una
segunda tanda. Esta vez, Continuará incluyó Amapola Negra (Oesterheld/Solano
López), Dr. Fogg y otras historias (Albiac/Fernández/Armayor), Tinta
Mortal (Peiró) y El Desmitificador Argentino (El Tomi). Otra
linda selección, aunque yo personalmente no hubiera incluido El
Desmitificador. Más allá de que a mí no me entusiasma lo que hace El Tomi, creo
que esa obra no se diferencia del contenido habitual de la revista y sí del
resto de los volúmenes (acaso se acerque un poco a lo de Peiró, pero hasta
ahí). El formato de los tomos era el mismo que el de la primera serie. Y si
bien no se puede hablar de algo caro, la inflación ya estaba suficientemente
desatada para (ahora sí) tener en cuenta cuestiones de formato antes de comprar
cada tomo. Como sea, la iniciativa era buena y ojala se repita en el futuro.
2. Y estas, ¿continuarán?
Así como la vez pasada
pudimos apreciar la cantidad de series que al finalizar se convirtieron en
bellos libros, no todas las historietas presentadas en Fierro se
desarrollaron por completo. Son cuatro los casos en los que los lectores nos
hemos quedado colgados.
Ya mencionamos en la
tercera parte de esta nota que en el #1 de Fierro comenzó a
serializarse una secuela de El Sueñero, la recordada obra de Enrique
Breccia que más tarde formaría parte del coleccionable del que hablamos más
arriba. El Sueñero (20 años después), que así se llamó, duró apenas cuatro
entregas, de Noviembre 2006 a Febrero
del 2007. ¿A qué se debió la interrupción? Se dice que a una cuestión de
dinero, aunque yo no lo puedo asegurar. Lo cierto es que el episodio publicado
en Fierro #4 se cerraba con el cartelito de continuará, pero el
quinto episodio nunca apareció en las páginas de la revista.
En el #20, de Junio ´08,
los hermanos Pablo y Diego Parés descollaban con la presentación
de Soy Tóxico, un historieta súper original de corte post apocalíptico,
donde Parés mayor pelaba un dibujo más bien alejado de Rispo y el
humor gráfico. Una cosa de locos. El argumento creado por Parés menor, a su
vez, prometía muchísimo, con personajes bien definidos. Pero según declaró
Diego alguna vez, luego del episodio cuarto, en el cual tenía que dibujar al
detalle inmensas nubes de pequeños insectos, simplemente se hinchó las pelotas
y dijo “no más”, convirtiéndolo en el episodio último. Aunque nunca cerró la
posibilidad de continuar
dicha historieta, ha pasado demasiado tiempo desde que dicho capítulo se
publicara. Fue en el #28, de Febrero 2009. Un mes antes, haría su aparición en Fierro Tango
Cruzado. Con Max Aguirre en su faceta de guionista y unos dibujos sencillamente
maravillosos a cargo de Sebastián Dufour, esta serie era un verdadero deleite
visual, un prodigio del blanco y negro. Luego de un par de episodios
introductorios, en los que Max estableció un tono y un lenguaje bien
particular, comenzaba a delinearse un argumento más amplio, que al presentarse
con esos dibujos prometía el infinito, se auguraba un clásico seguro. Pero no.
Pudimos disfrutar apenas seis episodios. Y los puntos suspensivos del
continuará quedaron flotando en el aire.
Finalmente, nos queda
hablar de Paraná, la historieta de Pablo Túnica. Al ser de todas las
inconclusas, la más cercana en el tiempo, aún mantengo la esperanza de que
continúe. Un hombre convertido en sapo por un maleficio, esperando romperlo
mediante el beso de una enamorada. Suena remanido, pero no lo es si lo
ambientamos en las calurosas aguas del río que nombra la historieta, en la
compañía de un marinero mestizo que también carga su maldición, de una mujer
que lleva un misterio consigo y un peligro que acecha por la borda. Con las
dosis justas de humor plasmadas en los diálogos. El primer arco consta de cinco
episodios (publicados entre el #61 y el #67). Una vez que nos enganchó lo
suficiente con la historia, Túnica va hacia atrás para develar a medias alguna
de las intrigas en curso (#68). Luego un paréntesis hasta que en el #85 el sapo
reaparece. Pero se trata de cuatro capítulos extra, auto conclusivos, que en
todo caso pintan un poco más el mundo del personaje, pero no cuentan qué pasó
luego del cierre de aquél primer plot. Algo incomprensible para una historieta
que tenía todo para convertirse en otro de los clásicos de la revista. Me
ilusiono con que regrese en los próximos meses.
Ojala alguna vez podamos
ver todas estas historietas concluidas y leerlas de corrido.
Y hablando de concluir, ya
se acerca el fin de nuestro mes de Fierro. ¿Con qué seguirá Al
Rescate? Ya lo veremos. Mientras tanto, sintonícenos a la misma bati-hora, por
este mismo bati-canal.
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