domingo, 23 de octubre de 2016

Las bodas de Fierro (4ta parte).

La inmediatez en el flujo de información que permite hoy la tecnología, hace posibles cosas buenas y no tanto. Porque está bueno enterarse al toque de lo que ocurre aquí y allá (y aprovecho para saludar a los que leen este blog anónimamente desde los lugares más insólitos del mundo), pero inmediatamente aparece información nueva pidiendo espacio y atención, antes de ser corrida por lo que sigue, y así permanentemente. Ocurre entonces que tantísimos asuntos que a priori resultarían importantes, pasan de largo. Acá en Argentina vienen pasando frente a nuestras narices cositas y cosas casi a diario. Esta semana las chicas decidieron tomar la iniciativa para que ciertos asuntos ya no pasen de largo así como así. Desde aquí se las acompaña, por supuesto. Y para que no se nos escape una buena (una, por lo menos), este mes Al Rescate Comics se dedicó por completo a festejar que una revista argentina de historietas ha cumplido diez años ininterrumpidos en los kioscos. Vale la pena detenerse a pensarlo, por más que nos corran con la próxima irrelevante pavada.

Esta es la cuarta entrega del informe acerca de la revista Fierro, versión siglo XXI. Hoy, lo prometido la vez pasada: la colección Continuará y las series inconclusas. Pasen y lean...

1. ¡Compralo que se agota, Porota!

En Enero de 2009, Fierro sorprendió con el lanzamiento de la colección Continuará. Cuatro volúmenes que acompañarían la revista hasta el mes de Abril. Y se trató de obras clásicas completas de grandes autores, a saber: El Sueñero (Enrique Breccia), El Caballero del Piñón Fijo (Trillo/Mandrafina), Ministerio (Barreiro/Sola López) y Rolo, el marciano adoptivo (Oesterheld /Solano López). Nada mal. Sin embargo, no fueron pocas las críticas vertidas por el formato de los libritos, el papel, la impresión, etc. En mi humilde opinión, se trató de los quejosos inconformes de siempre, los trolls que frecuentan la web de Fierro y que, en realidad, distan de representar realmente al grueso de sus lectores. Para ponernos en perspectiva, pensemos que estamos hablando de volúmenes a un costo de $8, cuando la revista costaba apenas $6. ¡Qué lejano resulta 2009 hoy, cuando la inflación ya nos la ha convertido en un lujo de $50! Pero creo que la idea de la colección era llegar a la mayor cantidad de público posible. Y si Clarín publicó el Corto Maltés de la forma en que lo hizo, ¿por qué pedirle a Fierro productos “premium”? En mi experiencia, no me tocó ningún ejemplar ilegible ni defectuoso en su impresión o encuadernación. ¡Y cuánta gente hubo que pudo acceder a estas obras por vez primera gracias a esta colección! Imagino que para los nostálgicos de otras épocas, debe haber sido lindo encontrarse esos libros en el kiosco de diarios. Claro que está bueno que las ediciones sean cuidadas, pero no hay que olvidar que la historieta nació popular. No hacen falta formatos de lujo y un sillón para disfrutar una buena historieta.
Así y todo, el verano siguiente no se repitió la experiencia. Hubo que esperar hasta 2014 para una segunda tanda. Esta vez, Continuará incluyó Amapola Negra (Oesterheld/Solano López), Dr. Fogg y otras historias (Albiac/Fernández/Armayor), Tinta Mortal (Peiró) y El Desmitificador Argentino (El Tomi). Otra linda selección, aunque yo personalmente no hubiera incluido El Desmitificador. Más allá de que a mí no me entusiasma lo que hace El Tomi, creo que esa obra no se diferencia del contenido habitual de la revista y sí del resto de los volúmenes (acaso se acerque un poco a lo de Peiró, pero hasta ahí). El formato de los tomos era el mismo que el de la primera serie. Y si bien no se puede hablar de algo caro, la inflación ya estaba suficientemente desatada para (ahora sí) tener en cuenta cuestiones de formato antes de comprar cada tomo. Como sea, la iniciativa era buena y ojala se repita en el futuro.

2. Y estas, ¿continuarán?

Así como la vez pasada pudimos apreciar la cantidad de series que al finalizar se convirtieron en bellos libros, no todas las historietas presentadas en Fierro se desarrollaron por completo. Son cuatro los casos en los que los lectores nos hemos quedado colgados.
Ya mencionamos en la tercera parte de esta nota que en el #1 de Fierro comenzó a serializarse una secuela de El Sueñero, la recordada obra de Enrique Breccia que más tarde formaría parte del coleccionable del que hablamos más arriba. El Sueñero (20 años después), que así se llamó, duró apenas cuatro entregas, de Noviembre 2006 a Febrero del 2007. ¿A qué se debió la interrupción? Se dice que a una cuestión de dinero, aunque yo no lo puedo asegurar. Lo cierto es que el episodio publicado en Fierro #4 se cerraba con el cartelito de continuará, pero el quinto episodio nunca apareció en las páginas de la revista.
En el #20, de Junio ´08, los hermanos Pablo y Diego Parés descollaban con la presentación de Soy Tóxico, un historieta súper original de corte post apocalíptico, donde Parés mayor pelaba un dibujo más bien alejado de Rispo y el humor gráfico. Una cosa de locos. El argumento creado por Parés menor, a su vez, prometía muchísimo, con personajes bien definidos. Pero según declaró Diego alguna vez, luego del episodio cuarto, en el cual tenía que dibujar al detalle inmensas nubes de pequeños insectos, simplemente se hinchó las pelotas y dijo “no más”, convirtiéndolo en el episodio último. Aunque nunca cerró la
posibilidad de continuar dicha historieta, ha pasado demasiado tiempo desde que dicho capítulo se publicara. Fue en el #28, de Febrero 2009. Un mes antes, haría su aparición en Fierro Tango Cruzado. Con Max Aguirre en su faceta de guionista y unos dibujos sencillamente maravillosos a cargo de Sebastián Dufour, esta serie era un verdadero deleite visual, un prodigio del blanco y negro. Luego de un par de episodios introductorios, en los que Max estableció un tono y un lenguaje bien particular, comenzaba a delinearse un argumento más amplio, que al presentarse con esos dibujos prometía el infinito, se auguraba un clásico seguro. Pero no. Pudimos disfrutar apenas seis episodios. Y los puntos suspensivos del continuará quedaron flotando en el aire.
Finalmente, nos queda hablar de Paraná, la historieta de Pablo Túnica. Al ser de todas las inconclusas, la más cercana en el tiempo, aún mantengo la esperanza de que continúe. Un hombre convertido en sapo por un maleficio, esperando romperlo mediante el beso de una enamorada. Suena remanido, pero no lo es si lo ambientamos en las calurosas aguas del río que nombra la historieta, en la compañía de un marinero mestizo que también carga su maldición, de una mujer que lleva un misterio consigo y un peligro que acecha por la borda. Con las dosis justas de humor plasmadas en los diálogos. El primer arco consta de cinco episodios (publicados entre el #61 y el #67). Una vez que nos enganchó lo suficiente con la historia, Túnica va hacia atrás para develar a medias alguna de las intrigas en curso (#68). Luego un paréntesis hasta que en el #85 el sapo reaparece. Pero se trata de cuatro capítulos extra, auto conclusivos, que en todo caso pintan un poco más el mundo del personaje, pero no cuentan qué pasó luego del cierre de aquél primer plot. Algo incomprensible para una historieta que tenía todo para convertirse en otro de los clásicos de la revista. Me ilusiono con que regrese en los próximos meses.

Ojala alguna vez podamos ver todas estas historietas concluidas y leerlas de corrido.


Y hablando de concluir, ya se acerca el fin de nuestro mes de Fierro. ¿Con qué seguirá Al Rescate? Ya lo veremos. Mientras tanto, sintonícenos a la misma bati-hora, por este mismo bati-canal.

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