1. El apagón y la lamparita.
Para los muchachos de La Productora, el año 2001 no venía siendo muy fructífero. Hacía poco tiempo que se habían lanzado como grupo y mal no les había ido. Habían encontrado un método de trabajo que les resultaba virtuoso y la respuesta del público lector era favorable, habiendo llegado incluso a agotar alguna de sus modestas tiradas. Pero para ese momento, la crisis económica y la falta de trabajo eran ya algo bien palpable y cotidiano para la gran mayoría de los argentinos. Sin embargo, una puerta se abría. Así lo recuerda Cristian Mallea: "En aquél momento los primeros pasos eran muy duros, era muy arduo conseguir trabajos acá y más arduo en el exterior, que era a lo que apuntábamos. Y había surgido la oportunidad de publicar para una editorial madrileña independiente llamada Undercómic, que nos había pedido algunos de los materiales que nosotros ya habíamos publicado acá como
Ocurre entonces, lo que ya todos
sabemos.
Esa nave
llamada Argentina se estrelló finalmente contra el iceberg durante aquellas
calurosas y fatídicas jornadas de diciembre, y lo que se volvió cotidiano
entonces fue ver cómo hacía cada compatriota para salir a flote aferrándose a
los restos que quedaron del naufragio. Después nos fuimos enterando de que unos
pocos habían fugado previamente con los botes hacia seguros paraísos, sabiendo
de antemano lo que ocurriría.
En el estudio de
2. Asado con fritas.
"Los colores del Campeón", por Jok. |
Pero,
¿cómo contar el Argentinazo? ¿Desde qué lugar lo abordarían?
"Siempre
tuvimos la conciencia de que no era solo una historieta de coyuntura, que debía
tener cierto valor documental, de instantánea de una época, casi como una
crónica hecha por un corresponsal de guerra, pero en forma de ficción. Creo recordar que nos repartimos los días de la semana
del 19 de diciembre. A cada uno le tocaba un día y tenía que hacerse eco de lo
que había pasado a nivel histórico y político, aunque los hechos públicos rozaran
de costado las vidas particulares de los protagonistas. Una de las premisas fue
contar historias de gente común, desde el llano, en diferentes realidades
sociales, no hacer una crónica socio política a nivel histórico." (Diego Agrimbau)
"Sobre
la concepción del libro no puedo decir mucho, me temo. Sí recuerdo que esos
días de 2001 (e incluso desde antes) estaban llenos de anécdotas. Hasta los
diarios eran muy narrativos: llenos de historias de gente haciendo cosas (desde
pintorescas como un club de trueque a muy dramáticas). Y la crisis para la
historieta misma era muy terminal (pensá que no había casi otra cosa que
fanzines). De manera que se me ocurre que una idea tan potente como "un
libro de historietas sobre la crisis" se impuso." (Federico Reggiani)
"En realidad nunca nos
habíamos propuesto hacer algo así, tan documental, como una crónica de lo que
había pasado. Estábamos en el medio de una crisis (como vos, como todos),
viviéndola de una manera particular. Todos teníamos historias que habíamos
vivido, que nos habían contado, que vimos por la tele o sufrimos en carne
propia, y decidimos armar algo con eso. En sentido testimonial, no documental.
Empezamos a tirar historias sobre la mesa, la mayoría eran terribles aunque
otras dispararon para otro lado. En
mi caso, escribí un guión para Aón, que tenía que ver con lo que me contó una
amiga, concretamente acá en Merlo." (Cristian Mallea)
Definidos el contenido y el enfoque, ¿cómo fue el "tallereo" para Carne Argentina? ¿Cuánto peso tuvo ese método de laburo a la hora de armarlo? ¿Quedaron cosas afuera?
"Creo que en el fragor del momento, pesó poco. Todos mostramos nuestras ideas y guiones y salvo algún que otro detalle, todos estaban impecables, al menos para nosotros. Pensá que fueron muy pocos días en los que se resolvió todo: las ideas, los guiones, el dibujo e incluso la edición y el libro impreso. Fue hecho muy en caliente." (Ángel Mosquito)
"Según mis recuerdos nos repartimos las historias y luego fuimos pensando en grupo desde qué óptica lo encararía cada uno. Y en base a eso luego siguieron los talleres de “control de calidad” que hacíamos como para asegurarnos que tanto las historias como los dibujos fueran sólidos. Así que seguramente pesó, aunque en este caso lo que más infuyó en la concepción del libro fue la necesidad de contar historias producto del momento y el contexto. El motor fue ese registro como catarsis, mucho más que la excelencia en la calidad." (Dante Ginevra)
"Fué uno de nuestros trabajos más viscerales (no había otra
forma, creo yo). La producción fué muy rápida, realizamos varias reuniones para
marcar las pautas y luego ir revisando lo que se escribía (fundamentalmente) y
lo que se iba dibujando. Trabajamos muy intensamente y con seriedad, pero sobre
todo primó el concepto de honestidad creativa, dejando fuera toda especulación
con la actualidad de aquel entonces. Hubo algunas ideas que quedaron fuera,
pero en general estábamos muy enfocados en el concepto y eso facilitó que la
producción completa llevara, inéditamente para nosotros, unos pocos
meses." (Jok)
"Los devoran los de afuera", de Ángel Mosquito. |
"Hubo un montón de historias que quedaron afuera. Un día lo
llevé a Gervasio, que vivía en Casanova, y tuvimos que esquivar como cuatro
fogones en las esquinas que eran los motivados por la policía que le decía a
los vecinos “miren que los del barrio aquél vienen a saquear”. Nosotros lo
vivimos de primera mano. Y pienso que esa es la potencia del libro." (Mallea)
"A
mi se me ocurrió una sola idea, que fue la de mi historieta después de una
imagen, en la tele, que me chocó mucho: los empleados de un supermercado tras
una valla hecha de changuitos, dispuestos a defender su lugar de trabajo de un
grupo de potenciales saqueadores que estaban afuera del lugar. Me imagine que
empleados y saqueadores serían del mismo barrio y que dos hermanos estarían en
ese momento en bandos opuestos." (Mosquito)
"El
libro era coral y yo sentía que cada uno del grupo sumaba un punto de vista y
una historia en la cual me sentía representado. El libro fue muy equilibrado y
armónico desde lo estructural. A mí no me quedaron cosas por contar. El libro
era completo para mí en ese momento." (Ginevra)
"Hasta
las portadillas, le pusimos mucha sangre a esa parte, de lo explicativo, ni
hablar cuando tuvo su edición extranjera." (Mallea)3: Carne de exportación.
Como se contó más arriba, la propuesta de la editorial madrileña Undercómic fue previa al estallido y se trataba de publicar el material que La Productora ya había editado con anterioridad. Sin embargo, la nueva propuesta gustó mucho. La edición española de Carne Argentina fue el primer trabajo en el exterior para todos sus autores y se replicó luego en otros países. Acerca de su impacto y repercusión, cada cual tiene su visión. Asimismo, el primer paso no estuvo excento de dificultades. Más específicamente aduaneras.
"Nunca supe a ciencia cierta cuáles fueron esas repercusiones. Sí un par de reseñas por España, pero nada muy fuerte. De todos modos para mí en aquel momento era un sueño hecho realidad. Y la editorial era muy pequeña y under (Under Cómics) así que el nivel de trascendencia seguramente fue menor. No recuerdo haber tenido muchos deseos de trascender demasiado con el libro. Fue pensado y hecho más para nosotros que para venderlo al exterior. La publicación fue un regalo que vino de España gracias a Mosquito que conocía la editorial." (Ginevra)
"Tuvo una repercusión grande para nosotros, porque después se editó en otros países. Pero no tuvo la repercusión que en realidad podría haber tenido, tal vez porque fue hecho muy en caliente, o porque no habremos acertado con la difusión del material. Tampoco había redes sociales que amplifican este tipo de materiales. Abrió puertas con los editores que luego la publicaron, pero no pasó de ahí. No vimos plata con el libro, ni nos surgió trabajo. Durante algunos años, yo no escuché más nada del libro, quedó un poco como algo raro, visceral, que salió del estallido, y también como un libro muy difícil de conseguir. La distribución es un problema, siempre, si no sos un gigante editorial." (Mosquito)
Portada de la edición francesa. |
"Por alguna razón, eso pegó. Los que lo leían se sentían
identificados, en primer lugar. Pero también sucedió algo curioso y que parecía
difícil de entender, que es que a la gente de afuera le interesaba lo que nos
pasaba a nosotros. Y eso era algo súper concreto en las visitas que empezamos a
tener de algunos colegas o amigos extranjeros franceses, europeos en general,
pero también norteamericanos que venían y decían ¿qué pasó acá? Me acuerdo de
un amigo franchute, que vino, se bajó en Ezeiza y se tomó el 86 pensando que
habría disparos por todos lados y queriendo sumarse a la rebelión zapatista,
que obviamente no había nada de eso." (Mallea)
"Con respecto a lo de
Cuando descartamos la idea de rescatar esos libros, empezó a surgir la idea de
publicar el libro en Argentina." (Mosquito)
Como bien señala Mosquito, no
éramos pocos los que creíamos que el libro se encontraba agotado. Pero es
posible aún hacerse con algún ejemplar de la segunda edición local. Explica
Mallea: "El libro se puede
conseguir, de hecho. Nosotros hoy todavía tenemos un stock de libros que
cuidamos mucho porque confiamos en que lo que hicimos es perdurable. Yo siempre
procuré defender el stock, no rifarlo, no venderlo a saldo. Nunca lo habrás
visto en saldo, por ejemplo. Editores serios como Javier Doeyo vienen y dicen
“muchachos, yo quiero tener el libro”, entonces cuando vas a la Feria del Libro el libro está en su stand. A
un precio módico, pero el lector interesado puede conseguirlo. Me parece que
hay una perdurabilidad y que no hay que regalarlo."
Para Mallea, haber podido editar Carne Argentina primero en España y luego aquí fue importante "por el interés que generó así como viajes y otras posibilidades de trabajo, entrando en un ambiente internacional de la historieta. entramos en eso con mucha alegría. En Latinoamérica, pero también por amigos franceses y norteamericanos que nos acompañaron en todo ese proceso." Nada mal para una idea que surgió en el cordón de la vereda, en pleno corte de luz y con el caos social de fondo. "Exactamente. Por eso es maravilloso, ¿no? Que ese impulso artístico tenga un correlato. Eso tiene que ver con la cosa grupal. Lo hicimos porque somos un grupo. Como el héroe colectivo del que hablaba Oesterheld."Hasta acá, la segunda parte de la nota. En la próxima, un poco de análisis de los autores sobre la Argentina de hace 15 años, la que siguió y estamos viviendo...
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