domingo, 29 de mayo de 2016

A full con las series online

1. El que busca encuentra.

Como escribí al final de la nota anterior, cuando uno llega a la última página de un libro y no tiene con qué seguir, es un problema. Sobre todo si se está pisando el fin de mes y se es un “empleado medio” en palabras de el alegre economista Javier Gonzáles Fraga. Pero yo le encontré la vuelta. Como todavía puedo pagar Internet, las historietas en formato digital son más que una buena opción. De hecho hay para elegir. Después de la buena experiencia que tuve leyendo “El Dormilón” de Santullo y Aón, hace prácticamente un mes, me prometí hacer una exploración más profunda por el mundo de los cómics online. Sabía que además del sitio de Loco Rabia en el cual se publicó dicha historieta, había otras tantas y buenas experiencias dando vueltas, algunas desde hace ya largo tiempo. La más vieja que puedo consignar y que aún sigue ahí es Historietas Reales, aquella movida que surgió hace un poco más de diez años, cuando un grupo heterogéneo de historietistas (algunos de ellos ex fanzineros de fin de siglo) se juntó y se repartió los días de la semana para entregar cada uno una página de historieta online gratis. La mayoría eran de corte autobiográfico, aunque hubieron también historias de largo aliento. Muchas de ellas fueron luego recopiladas en papel por la efímera editorial Domus. Aquellos primeros años merecen una nota aparte, que seguro me va a gustar escribir en alguna oportunidad, porque siempre la historia es producto de una sumatoria de factores, de la combinación de lugar y momento. En este caso, la reactivación post crisis, la aparición de Internet como medio masivo de comunicación y por supuesto la prepotencia de trabajo de nuestros historietistas. Como decía, HR aún produce y allí está para ofrecernos sus viñetas.
Más acá en el tiempo, además de la ya mencionada sede virtual de Loco Rabia, están también la Liga del Mal, que incluso ya plasmó en libro dos hermosas antologías que recopilan sus viles historias. La gente de Atmósfera Ediciones, por su parte, ofrece cuatro series en su sitio web, de géneros y estéticas variadas. Además tenés Viñeta Uno, comandada por los guionistas Arekasadaro y Gonzalo Duarte, que también brindan historietas de todo tipo para cada día de la semana; y por supuesto Tótem, que apuesta fuerte por los superhéroes de autor.
Yo los recorrí un poco a todos y me hice un fixture de las series que me parecieron más interesantes para ir siguiéndolas. Algunas ya están empezadas hace un tiempito, otras están recién arrancando. Y como podrás apreciar cuando lo busques vos, cada sitio presenta las historietas a su manera. Seguramente la agilidad y comodidad para una buena lectura te van a influir tanto como a mí a la hora de elegir, pero estoy convencido de que vas a encontrar cosas muy buenas. De esas hay en todas las páginas que te nombré. Si conocés algún otro sitio copado al cual yo aún no llegué, anotámelo en el espacio para comentarios.

2.  Panzada, ansiedad y esperanza.
Haciendo esa recorrida por los sitios mencionados, encontré dos verdaderas joyas. Una en realidad ya la había estado siguiendo previamente, pero se me había cortado y ahora que la busqué decidido a retomarla ya estaba terminada. Entonces la leí de un tirón y fue una experiencia muy, pero muy grata. La otra fue todo un hallazgo. Una de esas cosas que cuando las descubrís, querés salir a la calle cual profeta para que todos se enteren de la buena nueva. Es un cómic ya bastante avanzado en sus entregas. Creí que me daría fiaca leerlas todas para actualizarme, pero desde la página 1 aluciné completamente y no pude levantarme de la silla hasta llegar al último “continuará”. Con la consecuente ansiedad por saber cómo mierda sigue.

Así que el próximo post, será dedicado a ambos personajes. Creo que ahí ya revelé un poco de qué sitio provienen (sí, los dos son del mismo). Quizás lo adivines paseando por esas páginas, y confirmes igual que yo qué buenas historietas hay para leer en la web. Ojalá que las que más nos gustan, también se conviertan en hermosos libros. Y que podemos comprarlos a pesar de ser “empleados medios”, claro…

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