
Hace algunos
meses, este humilde medio de difusión historietil fue invitado a la
presentación de la segunda edición del concurso Microcentro Cuenta, una
plataforma de producción cultural, impulsada por la productora Superacción, que
busca articular el potencial artístico del microcentro porteño. El proyecto fue
declarado de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, a
través de Mecenazgo, y cuenta con el apoyo de Banco
Macro, Leyendo.Arg, y los sellos Emecé Editores y Planeta Cómic. Este
año, la convocatoria se dividió en dos categorías, cuento de terror e
historieta. El jurado asignado a las letras lo integraron Mariana Enríquez,
Lala Toutonián y Fabián Casas (quienes premiaron a Lucas Magalhaes Leiros por su cuento "El pisapapas"), en tanto que Maitena, Rep y Martín Ramón
estuvieron a cargo de la sección viñetas. En la misma resultaron galardonadas ex aequo dos obras, que además de
publicarse en la antología correspondiente, se alzaron con un premio de dos
millones de pesos. Se trata de “El Hidropájaro”, de Ian Debiase (quien viene de
cosechar dos premios Cinder por “La Rebelión”) y “Recuerdo”, primera incursión
en la historieta del artista visual Ignacio Carloni.

Cuando se
anunciaron los ganadores, el pasado mes de abril, pude charlar con Rep y
preguntarle qué elementos llamaron más la atención del jurado entre las ciento
setenta obras presentadas. “En
estos concursos lo que se ve es tan variopinto, que uno ya está preparado para
verlo. Hay algunos estilos que vos reconocés, hay continuidades y hay cosas
originales. Uno tiene algo que viene de un lado más “albertobrecciano”. Es
decir, la plástica, el último Breccia, una cosa más expresionista”, dice acerca
de “Recuerdo”. En el caso de “El Hidropájaro”, “es más tradicional, pero con un guión bien asentado en lo que es la
crisis actual de Argentina. Así que, por eso nosotros le pusimos mucho énfasis
a los dos premios: lo que le falta a uno le sobra al otro y viceversa. Mucho
contenido social de hoy, y en el otro un vuelo plástico. Así que estamos
contentos con eso, habernos puesto de acuerdo, porque venimos de este asunto de
primero ver algo con los ojos, después leerlo. Todo grato. Yo no soy muy amigo
de ser jurado, casi siempre lo rechazo, pero acá, como está la amiga (por
Maitena), cedí. Y yo lo uso medio también
para actualizarme, que soy medio vago para actualizarme de lo que hay, hoy no
es que comprás la revista y ves la cosa que está pasando. Tenés que entrar a
las redes, ir a las comiquerías. Yo no voy a las comiquerías, entonces me viene
bien esto, me aggiorna el ojo para ver lo que se está haciendo. Yo temía ver
mucha más influencia del manga, pero por suerte no. Se ve que hubo una
selección muy brava previa, y quizás haya pesado eso.”
A pesar de su renuencia a
ocupar roles como el que desempeñó en este, el consagrado autor afirma que los
concursos son importantes “para que la
muchachada se pueda ver y ganar algo de guita, y que haya una banca editorial
para que se muestren, todo a favor. ¡Si no hay revistas! No está Fierro, no hay
nada, chau. Hay que recurrir a las autoediciones o a las editoriales de libros
de cómic o a los concursos. Ojalá que broten más concursos, que se sostenga
esto, que no basta. Porque Argentina es una fábrica de buenos historietistas,
así que se necesita más.”

También dialogamos al respecto
con Ignacio Iraola, coordinador general de ambos concursos: “Los certámenes siempre son importantes para
darse a conocer. Históricamente yo aconsejo a escritores, escritoras,
historietistas, a todos, que se presenten en los concursos. Porque es una buena
manera de darse a conocer, porque te leen. Y sobre todo cuando hay un jurado de
excepción, como en el caso de historieta, que tenés a Maitena, a Rep y a Martín
Ramón está buenísimo porque son jurados que no se van a quemar. Ahí tenés como
garantizado un punto de “legalidad” del premio. Y lo otro, es muy libre todo lo
que el premio genera en sí: vos tenés una consigna, que la historia tiene que
transcurrir en Microcentro, pero después, el eje temático puede ser cualquiera.
Y las cosas que llegaron, realmente, en historieta fueron sorprendentes (sobre
todo, dicho por el jurado), el material tenía un vuelo realmente descomunal.
Con lo cual, la antología resultante es espectacular.”
La misma, así como la de
cuentos de terror, se presentó la semana pasada en la Torre Macro, con la
presencia de los dos ganadores y también del resto de les finalistas (Sofía Gracia Grandinetti, Ignacio Minaverry,
Pitucardi, Andy Riva, Mariano Antonelli y Leonardo Arias Tozzini). Antes de
conversar con el dúo galardonado, Martín Ramón se refirió al proceso de selección:
“Todas las historietas
recibidas fueron de gran calidad. La selección de ganadores y finalistas fue
muy difícil. Llegar a esta instancia de impresión del libro es una gran
emoción. El resultado es un libro realmente hermoso.”
Debiase explicó el proceso
creativo de su historieta ganadora: “Trabajé con técnica digital, que es lo que
vengo usando hace tiempo, tratando de emular otras técnicas que utilizaba
antes. Desde un principio vi al microcentro en este color acuarelado en blanco
y negro”.
Por su parte, Ignacio Carloni
se refirió a sus influencias dentro del género: “Tengo mucha influencia del
cine, sobre todo en relación a los planos que dibujo. Y Alberto Breccia es uno
de los referentes que más me inspiran”.
Tras la presentación, los
aplausos, las fotos y la charla con los asistentes al evento, las historietas
publicadas salen a la calle, al encuentro de sus lectores. Yo me vuelvo a mi casa, en el
conurbano, recordando mis expediciones adolescentes al Microcentro para comprar
revistas o asistir a muestras y encuentros con autores. Y en los cientos de páginas
leídas a bordo del subte o el colectivo, cuando trabajaba por la zona. Qué cosa
linda, la historieta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario