martes, 5 de agosto de 2025

Y siguen los premios...

Hace algunos meses, este humilde medio de difusión historietil fue invitado a la presentación de la segunda edición del concurso Microcentro Cuenta, una plataforma de producción cultural, impulsada por la productora Superacción, que busca articular el potencial artístico del microcentro porteño. El proyecto fue declarado de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, a través de Mecenazgo, y cuenta con el apoyo de Banco MacroLeyendo.Arg, y los sellos Emecé Editores y Planeta Cómic. Este año, la convocatoria se dividió en dos categorías, cuento de terror e historieta. El jurado asignado a las letras lo integraron Mariana Enríquez, Lala Toutonián y Fabián Casas (quienes premiaron a Lucas Magalhaes Leiros por su cuento "El pisapapas"), en tanto que Maitena, Rep y Martín Ramón estuvieron a cargo de la sección viñetas. En la misma resultaron galardonadas ex aequo dos obras, que además de publicarse en la antología correspondiente, se alzaron con un premio de dos millones de pesos. Se trata de “El Hidropájaro”, de Ian Debiase (quien viene de cosechar dos premios Cinder por “La Rebelión”) y “Recuerdo”, primera incursión en la historieta del artista visual Ignacio Carloni

Cuando se anunciaron los ganadores, el pasado mes de abril, pude charlar con Rep y preguntarle qué elementos llamaron más la atención del jurado entre las ciento setenta obras presentadas. “En estos concursos lo que se ve es tan variopinto, que uno ya está preparado para verlo. Hay algunos estilos que vos reconocés, hay continuidades y hay cosas originales. Uno tiene algo que viene de un lado más “albertobrecciano”. Es decir, la plástica, el último Breccia, una cosa más expresionista”, dice acerca de “Recuerdo”. En el caso de “El Hidropájaro”, “es más tradicional, pero con un guión bien asentado en lo que es la crisis actual de Argentina. Así que, por eso nosotros le pusimos mucho énfasis a los dos premios: lo que le falta a uno le sobra al otro y viceversa. Mucho contenido social de hoy, y en el otro un vuelo plástico. Así que estamos contentos con eso, habernos puesto de acuerdo, porque venimos de este asunto de primero ver algo con los ojos, después leerlo. Todo grato. Yo no soy muy amigo de ser jurado, casi siempre lo rechazo, pero acá, como está la amiga (por Maitena), cedí. Y yo lo uso medio también para actualizarme, que soy medio vago para actualizarme de lo que hay, hoy no es que comprás la revista y ves la cosa que está pasando. Tenés que entrar a las redes, ir a las comiquerías. Yo no voy a las comiquerías, entonces me viene bien esto, me aggiorna el ojo para ver lo que se está haciendo. Yo temía ver mucha más influencia del manga, pero por suerte no. Se ve que hubo una selección muy brava previa, y quizás haya pesado eso.

A pesar de su renuencia a ocupar roles como el que desempeñó en este, el consagrado autor afirma que los concursos son importantes “para que la muchachada se pueda ver y ganar algo de guita, y que haya una banca editorial para que se muestren, todo a favor. ¡Si no hay revistas! No está Fierro, no hay nada, chau. Hay que recurrir a las autoediciones o a las editoriales de libros de cómic o a los concursos. Ojalá que broten más concursos, que se sostenga esto, que no basta. Porque Argentina es una fábrica de buenos historietistas, así que se necesita más.”

También dialogamos al respecto con Ignacio Iraola, coordinador general de ambos concursos: “Los certámenes siempre son importantes para darse a conocer. Históricamente yo aconsejo a escritores, escritoras, historietistas, a todos, que se presenten en los concursos. Porque es una buena manera de darse a conocer, porque te leen. Y sobre todo cuando hay un jurado de excepción, como en el caso de historieta, que tenés a Maitena, a Rep y a Martín Ramón está buenísimo porque son jurados que no se van a quemar. Ahí tenés como garantizado un punto de “legalidad” del premio. Y lo otro, es muy libre todo lo que el premio genera en sí: vos tenés una consigna, que la historia tiene que transcurrir en Microcentro, pero después, el eje temático puede ser cualquiera. Y las cosas que llegaron, realmente, en historieta fueron sorprendentes (sobre todo, dicho por el jurado), el material tenía un vuelo realmente descomunal. Con lo cual, la antología resultante es espectacular.”

La misma, así como la de cuentos de terror, se presentó la semana pasada en la Torre Macro, con la presencia de los dos ganadores y también del resto de les finalistas (Sofía Gracia Grandinetti, Ignacio Minaverry, Pitucardi, Andy Riva, Mariano Antonelli y Leonardo Arias Tozzini). Antes de conversar con el dúo galardonado, Martín Ramón se refirió al proceso de selección: “Todas las historietas recibidas fueron de gran calidad. La selección de ganadores y finalistas fue muy difícil. Llegar a esta instancia de impresión del libro es una gran emoción. El resultado es un libro realmente hermoso.”

Debiase explicó el proceso creativo de su historieta ganadora: “Trabajé con técnica digital, que es lo que vengo usando hace tiempo, tratando de emular otras técnicas que utilizaba antes. Desde un principio vi al microcentro en este color acuarelado en blanco y negro”.

Por su parte, Ignacio Carloni se refirió a sus influencias dentro del género: “Tengo mucha influencia del cine, sobre todo en relación a los planos que dibujo. Y Alberto Breccia es uno de los referentes que más me inspiran”.

Tras la presentación, los aplausos, las fotos y la charla con los asistentes al evento, las historietas publicadas salen a la calle, al encuentro de sus lectores. Yo me vuelvo a mi casa, en el conurbano, recordando mis expediciones adolescentes al Microcentro para comprar revistas o asistir a muestras y encuentros con autores. Y en los cientos de páginas leídas a bordo del subte o el colectivo, cuando trabajaba por la zona. Qué cosa linda, la historieta.


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